lunes, 31 de marzo de 2014

Ella y Él

Ella:
¿Te puedo decir algo?
Él:
Claro.
Ella:
Se lo tomé prestado a alguien más pero es que eso siento.
Él:
Vamos, dilo.
Ella:
"Pero te quise, y te quiero, aunque estemos destinados a no ser". Julio Cortázar
Él:
Pero yo no te quiero.
Ella:
Ya lo sé pero no voy a limitar mis sentimientos sólo por eso.
Él:
Pero es que no te puedo corresponder.
Ella:
Pero es que no espero que lo hagas.
Él:
Entonces ¿por qué me lo dices?
Ella:
Porque si no lo hago se me queda atorado en el alma.
Él:
Pero a mí se me queda atorado en la cabeza.
Ella:
Pues dilo a alguien más.
Él:
No le puedo decir a una persona lo que no siento por alguien más
Ella:
¡Claro que puedes! Dilo cuando lo sientas.
Él:
Pero no puedo simplemente ir por ahí regalando “te quieros" que eran para mi.
Ella:
Entonces guárdalo.
Él:
¿En dónde? No quiero que esté divagando en mi cabeza haciéndome sentir culpable y mal. No es que no sienta nada por ti pero simplemente no te quiero; te estimo, te tengo cariño, pero no siento que realmente te quiera.
Ella:
Entonces guárdalo. Guárdalo en una caja con candado para que nadie te lo robe y lo puedas sacar cuando más lo necesites, cuando te sientas solo, desolado o abandonado. Guárdalo en una bolsa, así no te sentirás responsable de él y lo podrás desechar cuando gustes. Guárdalo en una maleta, para que esté destinado a viajar contigo o para que te sientas con la libertad de mandarlo a viajar lejos. O si quieres y estás dispuesto, guárdalo en tu corazón para que ayude a tu cariño a crecer y quizá algún día puedas devolvérmelo quizá como amor. 

domingo, 30 de marzo de 2014

Columpios y Resbaladillas

Se acostó sobre el pasto a observar las estrellas, se preguntaba si habría resbaladillas y columpios en otro planeta, si habría alguien en una de esas estrellas mirando el espacio igual que él, haciéndose preguntas irrelevantes sobre columpios y resbaladillas en vez de preocuparse por algo realmente importante como la renta, el trabajo o el dinero.

Viajó estrella por estrella y recorrió todas las que pudo hasta que ya no le quedó fuerza en los ojos, pero aún había fuerza en sus preguntas, entonces, con los ojos cerrados siguió viajando por las estrellas, saltando de una a otra, tomándolas, abrazándolas…

Se sentaba sobre un puñado de estrellas juntas y se mecía de atrás hacia adelante, cada vez más alto. La adrenalina lo invadía y se emocionaba, se detenía y volvía a empezar, la experiencia podía ser eterna pero tuvo que detenerse para seguir navegando por el universo.

Iba de aquí para allá, volaba, nadaba, corría… resbaló… sintió la caída sostenida igual que en una resbaladilla; alzó los brazos, cerró los ojos… despertó.

Su corazón se desbordaba, se sentía emocionado, lleno de júbilo, extasiado, feliz…

Entonces lo decidió, de ahora en adelante se dedicaría a eso; dejaría esas cosas importantes, dejaría su trabajo para dedicarse a soñar con estrellas y universos llenos de columpios y resbaladillas.

El Inicio

No sé si es correcto decir que tengo una mente perturbada, creo que simplemente tengo tantos pensamientos atorados que si no salen colapso, tengo palabras pegadas en la mente que se revuelven una y otra vez formando oraciones, formando párrafos, formando historias; historias que no puedo dejarse añejar por mucho tiempo porque si no, se pudren.

Inicio éste como método de cultivo a mis palabras y mis pensamientos, para que no se pudran en mi mente.